Ciudades y terruños consentidos,
son los valles de tu pecho y tu delirio
Y como eternas luciérnagas desnudas,
son tus ojos…amor en tus miradas
Ay de aquella intimidad tibia y mojada,
donde llegas a beber mis madrugadas
Y del tono de tu piel con color a amanecer,
donde puedo enloquecer junto a tu alma!
Eileen
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